Al fin de la República,
cada jefe de familia con fortuna, anotaba por escrito las operaciones concernientes
a la administración de sus bienes. Para ello tenían dos libros diferentes.
El primero, era una
especie de borrador en que se consignaban diariamente las operaciones, Estas
notas se llaman Adversarias.
El segundo era similar a
un libro de Caja.
Mensualmente, el pater
familia consignaba esas notas sobre el libro definitivo de caja: El libro de
entradas y gastos, (Codex Accepti y Codex Expensi). En él, encontramos dos
columnas o páginas frente a frente: la de los gastos (Expensa), y las de las
sumas recibidas, (Accepta). Pues bien, la operación que consigna los pagos
(egresos) sobre el Codex, llevaba el nombre de Expensilatio, y la que
consignaba las sumas recibidas (ingresos), Acceptilatio. La comparación de
estas dos columnas permitía conocer el saldo deudor o acreedor. Estas inscripciones
correspondían a operaciones reales; es decir, efectivamente realizadas y se les
denomina Nóminas arcadias (inscripciones relativas a la, caja o cofre). Dichas
inscripciones no generaban ninguna obligación, se limitaban a constatar hechos,
servían de medios probatorios (como son los préstamos por el nexum).
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